domingo, 1 de junio de 2014

Deforestación


DEFORESTACION

Uno de los problemas globales más importantes es la deforestación, se le conoce así a la destrucción a gran escala del bosque por la acción humana. Avanza a un ritmo aproximado de unos 17 millones de árboles por año. La deforestación no es lo mismo que la degradación forestal, que consiste en una reducción de la calidad del bosque. Ambos procesos están vinculados y producen diversos problemas. Pero, ¿Qué puede causar la deforestación para que sea tan grave éste problema?
¿Qué causa?
 La deforestación puede producir erosión del suelo y desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez favorece las inundaciones o sequías. Reduce la biodiversidad (diversidad de hábitat, especies y tipos genéticos), lo que resulta sobre todo significativo en los bosques tropicales, que albergan buena parte de la biodiversidad del mundo. Los procesos de deforestación son, por lo general, más destructivos en los trópicos.
La deforestación tropical aumenta rápidamente a partir de 1950, con la ayuda de maquinaria pesada. Desde entonces, el crecimiento de las poblaciones humanas ha llevado también a la destrucción de zonas forestales por la vía más difícil, a mano. Las tasas anuales de deforestación en 52 países tropicales prácticamente se duplicaron entre 1981 y 1990.
La mayor parte de los suelos forestales tropicales son mucho menos fértiles que los de las regiones templadas y resultan fácilmente erosionables al proceso de lixiviación, causado por la elevada pluviosidad que impide la acumulación de nutrientes en el suelo. No obstante, las políticas coloniales se basaban en el supuesto, equivocado, de que un bosque exuberante significaba suelos fértiles. Pretendían conquistar los bosques, sobre todo para destinarlos a los cultivos comerciales y la agricultura, y han dejado un legado de suelos exhaustos.
Si hoy la deforestación se considera un problema, antiguamente se pensaba que contribuía al desarrollo nacional. El capital forestal fue liquidado y reemplazado por otras formas de capital para generar alimentos, materias primas, energía o infraestructuras. En las regiones templadas la agricultura se ha basado en la eliminación de los bosques aprovechando la fertilidad de sus suelos. La mayor parte de las áreas boscosas de Inglaterra habían quedado deforestadas en 1350. 
En la Europa continental y en América del Norte, la deforestación se aceleró durante los siglos XVIII y XIX, con el fin de despejar tierras y dedicarlos a cultivos alimentarios para abastecer a las ciudades industriales y hacer frente a las necesidades de combustible y de materiales de construcción. Desde entonces, la creciente productividad agrícola ha permitido que buena parte de las tierras agrícolas de las zonas templadas reviertan al bosque.
En 1980 y 1990, las tasas anuales de deforestación fueron de un 1.2% en Asia y el Pacifico, un 0.8% en Latinoamérica y un 0.7% en África. La superficie forestal está estabilizada en Europa y América del Norte, aunque la velocidad de transición del bosque de hace algunas décadas a otras formas en América del Norte es elevada.

La cultura y el conocimiento de muchos pueblos han evolucionado a lo largo de los años, muy ligados a los cuidados del bosque y van desapareciendo junto con éste, al ser cada vez más restringido el acceso al bosque y ser mermados sus derechos tradicionales por los gobiernos. La deforestación afecta al medio de vida de entre 200 y 500 millones de personas que dependen de los bosques para obtener comida, abrigo y combustible.  La deforestación y la degradación pueden contribuir a los desequilibrios climáticos regionales y globales. Los bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del carbono; si se eliminan, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera puede llevar a un calentamiento global de la Tierra, con multitud de efectos secundarios problemáticos.
Como nos damos cuenta, es un problema que va a la alza y que nos puede traer consecuencias gravísimas, aunque algunas de ellas ya son muy presentes y notables. Es un hecho, que el ser humano ha logrado destruir poco a poco su propio hábitat y que no tiene conciencia del daño que se hace a sí mismo. La solución está en nuestras manos.
¿Qué hacer?
Tal vez puedes pensar que con tu ayuda no se puede lograr mucho, pero si difundes éste mensaje por las redes sociales y con tus familiares y amigos, esto se puede hacer masivo y poder aportar un granito de arena a tu propio planeta. Por ejemplo, podemos motivar a la plantación de árboles jóvenes, ya que si esperamos a que se planten las semillas, nos llevará años su crecimiento. Los árboles jóvenes irán creciendo poco a poco y podrían sustituir, a su debido tiempo, los árboles talados. Evitar la tala de árboles es un recurso poco probable, porque tomaría mucho recurso financiero pero si no podemos evitar que más árboles desaparezcan, podemos hacer que unos nuevos aparezcan.
Que esto ya no sea Deforestación, que sea Reforestación
 
 
 Colaboradores: Carolina Gpe. Infante Galván.
Denis Eunice Robles Sánchez.
Viridiana Alonso Hdz.
Kenia Melissa Rdz. Estrada.
José Juan Hiracheta Rdz
 

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