La importancia de cuidar el agua
Un 70%
dela superficie de la tierra está conformada por agua, sin embargo, 97.5% de
toda esa agua es salada, y por lo tanto, no es apta para el uso humano. Es
decir que tan sólo el 2.5% es agua dulce potable para el consumo humano. Dicho
de otra manera, si se pudiera guardar toda el agua que contiene la Tierra en la
cubeta, apenas una cucharada sería agua utilizable. Sin mencionar que de ese
2.5%, sólo el 1% se encuentra en estado líquido, todo lo demás se encuentra en
estado sólido en forma de hielo en los polos, siendo así, inaccesible para
nosotros.
Así es
como nos podemos dar una idea de que la cantidad de agua disponible para su uso
en el mundo, es muy pequeña.
Hasta
apenas el 2012, la población mundial ascendió a 7,046 miles de millones de
personas (Banco Mundial), de los cuales absolutamente todos toman agua, si la
población sigue con este crecimiento, es fácil darse cuenta de lo alarmante que
es preocuparse por la cantidad de agua de la que disponemos para sobrevivir.
El
agua es el líquido vital de la vida, si no hay agua, no hay vida. No sólo
porque el agua es indispensable para el consumo humano, sino que además la
utilizamos para la agricultura y para la ganadería, ya que no sólo el ser
humano necesita de ella, la necesitan absolutamente todos los seres vivos del
planeta.
Como
sin agua no es posible vivir, debemos de ser más conscientes de la importancia
que tiene el saber cuáles serían las consecuencias que podrán llegar a
acontecer si no se toman las medidas necesarias para su conservación. Cuando el
agua se termine, no importará qué tan pobre o rico seas, el problema sería
mundial.
Consecuencias de no cuidar el agua.
El mal uso que
le damos al agua puede afectarnos gravemente en un futuro no muy lejano. Muchas
veces la desperdiciamos y malgastamos sin darnos cuenta. Este desperdicio puede
ser desde el uso excesivo de agua para llenar la bañera, regar las plantas con
más agua de la necesaria, dejar la llave abierta al lavar los trastes sucios o
utilizar la manguera para lavar el carro o bañar a tu mascota.
Las consecuencias del exceso en
el gasto de agua pueden apreciarse, por ejemplo, en la escasez de agua en ríos,
lagos y presas, sobre todo cuando es temporada se sequías. Siendo esta
importante para los animales y plantas del medio ambiente (y muchas veces para
el ser humano), causa enfermedades y, en casos extremos, la muerte, al
restringirse la cantidad disponible para beber.
Otra consecuencia es la sequía en
los cultivos. Sin agua suficiente no es posible plantar o cosechar los
alimentos y por lo tanto, afectaría directamente nuestra salud al no tener
provisiones. De la misma manera, la escasez de agua no permitiría abastecer de
líquido al ganado, lo que causaría muertes entre los animales y nos privaría de
carnes para comer.
La contaminación de mares, ríos y lagos también cuenta como un mal uso del agua. La contaminación por químicos hace imposible beberla, y la contaminación que provocamos todos los días al arrojar basura y desechos a las corrientes de agua, es difícil de remover. La desaparición de la vida marina y destrucción de los ecosistemas bajo el agua se deben a la toxicidad de los desechos que han sido vertidos en ella. Esto también provoca enfermedades en la población humana, como el cáncer, y afecta en el desarrollo de las especies animales que necesitan el agua (digamos entonces, que todo ser vivo), reduciendo sus probabilidades de sobrevivir y dificultando su reproducción.
Afecta el consumo humano de agua dulce
haciendo imposible su utilización, lo que disminuye las actividades de recreo y
la producción de materia prima alimenticia.
Además tiene una muy fuerte repercusión por
envenenamiento en especies pertenecientes a otros ecosistemas, debido al
consumo del agua o por la falta total de ella.
¿Cómo puedo cuidar el agua?
El
agua es uno de los recursos naturales más valiosos del planeta y ocupa casi
tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, aunque sólo 3 % es dulce. La
vida surgió del agua y sin ella ningún ser vivo podría existir. Cada vez
que tomamos un sorbo de agua fresca, esta es nueva para nosotros. Pero no es
agua nueva. Esta agua ha sido reciclada una y otra vez desde los comienzos del
universo por diversas formas de vida, como un dinosaurio, un conejo, una
paloma, una planta y hasta seres humanos.
Algunos consejos para cuidar el agua:
– Al
cerrar una llave no la dejes goteando, sino asegúrate de cerrarla bien.
– Para
lavar tú coche usa cubeta y jerga en lugar de manguera. Puedes reutilizar para
ello el agua de la lavadora o la que recogiste mientras se calentaba la de la
regadera.
– Repara
o reporta cualquier fuga que encuentres.
– Barre
la banqueta, patios y cochera con escoba.
– Cuando
laves los platos procura que sea justo después de la comida para evitar que se
sequen los restos de comida y usar menos agua y jabón.
– Usa
poco agua para cocinar verduras, ya que el sabor y el valor nutritivo se
pierden con el agua.
– Mientras
te lavas las manos o la cara, coloca un tapón y llena el lavabo sólo con el
agua que necesites.
– Cierra
la llave del agua mientras te cepillas los dientes, de esta manera ahorrarás
unos 8 litros de agua.
– Enjuaga
y limpia tu navaja de afeitar en un recipiente, no abajo del chorro de agua.
– Recoge
en una cubeta el agua que normalmente dejas correr mientras llega el agua
caliente. La puedes utilizar más tarde para lavar, regar las plantas o fregar
los pisos.
– Báñate
rápidamente y cierra las llaves mientras te enjabonas y aplicas champú.
– Usa
la lavadora sólo con cargas completas para no desperdiciar agua o elige una
lavadora que permita utilizar menos agua.
– Riega
sólo cuando sea necesario, hazlo muy temprano o después de que se ponga el sol
para evitar que el sol evapore el agua.
– Selecciona
plantas nativas de la zona en donde vives, porque están mejor adaptadas al
clima del lugar y requerirán menos agua.
– Si
riegas con aspersores ubícalos de tal manera que no riegues partes pavimentadas
o que no lo necesitan.
– En
época de secas no desperdicies el agua en el pasto que se puso amarillo, no es
que esté muerto o se haya secado sino que está inactivo y revivirá cuando
llegue la época de lluvias.
Bibliografía:
EQUIPO #1
Federico Ayala Macías
Adriana María Elizondo Rodríguez
Mirthala Isabel Velázquez Tovar
Carla Rebeca Walle Rojas
Johana Michell Ortiz Arrambide
Aída Montzerrath Moyeda Garza
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