El
petróleo es un recurso no renovable que ha sido utilizado desde hace décadas
como una fuente de energía, la cual hasta la actualidad sigue siendo la más
importante y la más utilizada. Se trata de una sustancia cuyo proceso de
formación consiste en la acumulación de restos fósiles y materia orgánica en el
fondo de mares, lagos o ríos, y al ser cubierta por los sedimentos del suelo
los someten a alta presión y temperatura, descomponiéndolo y así formando
hidrocarburos; este proceso toma millones de años para concretarse.
A
medida que los yacimientos de petróleo han sido encontrados a lo largo y ancho
de la corteza terrestre, bajo tierra firme y los mares, su producción ha
aumentado considerablemente, al punto de darle la importancia que en la
actualidad tiene, no solo por su gran papel en los combustibles, sino por la
gran gama de productos que se derivan de este recurso.
No
obstante, existe una gran problemática que rodea en su totalidad a este
recurso, y una de ellas es la contaminación. El uso desmedido de los
combustibles fósiles derivados del petróleo ha elevado considerablemente los
niveles de contaminación en el ambiente a lo largo del tiempo, provocando una
mala calidad en el aire y siendo gran causante del agujero de la capa de ozono
por los gases invernadero. Los mares también han sufrido por este recurso a causa de los derrames;
cuando uno de estos ocurre, se vierte la sustancia por las aguas, y al no poder
disolverse en el agua, se queda ahí, afectando el ecosistema marino y matando a
miles de especies.
Otro
gran problema es la demanda del recurso. Muchas naciones poseen grandes
reservas de petróleo, las cuales no garantizan su total satisfacción pues la
demanda crece junto con la explosión demográfica. Los yacimientos son cada vez
más escasos y se tiene que llegar a profundidades mayores en los océanos para
poder tener acceso a ellos. Se tiene previsto que a este recurso no le queda
mucho tiempo de supervivencia, por lo cual nos vemos obligados a recurrir al
uso de otras fuentes de energía existentes en mayor medida. Si la dependencia
en este recurso no se puede deshacer, por lo menos se puede disminuir si
hacemos mayor uso de otras fuentes de energía y si cambiamos nuestros hábitos
diarios, así como el consumo. Sin embargo, a estas alturas pensar en esto suena
algo realmente complicado, pues si no ocurre un cambio, la calidad de vida para
las futuras generaciones irá decreciendo grandemente.
Colaboradores:
Equipo 6
- Hilda Nallely Cardoso Estrada
- Zayra Samantha Ruiz García
- Diana Paulina Cortés Farías
- Jorge Alberto Sierra Espino
- Juan Mattei Haga
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