Efectos de los aerosoles atmosféricos
El
aire, además de gases, contiene una variada mezcla de abundantes partículas
microscópicas, los aerosoles atmosféricos. Su origen procede en gran parte de
diversas fuentes naturales, como las plantas, los volcanes, los fuegos
forestales o el rompimiento de olas. No obstante, varias actividades humanas,
como los motores de combustión, la generación de energía eléctrica o los
procesos industriales también generan una importante cantidad de partículas finas.
Algunos
aerosoles se comportan de manera similar a los gases de efecto invernadero su
influencia en la evolución del clima terrestre y sus posibles efectos sobre la
salud humana son importantes. La variación en su composición puede alterar de
manera significativa los fenómenos atmosféricos y la evolución del clima.
Algunos aerosoles, en especial el carbón negro y el mineral en polvo con alto
contenido en hierro, se comportan de manera similar a los gases de efecto invernadero, de manera que pueden
aumentar el calentamiento del planeta.
Por
el contrario, otros aerosoles pueden reflejar y/o dispersar hacia el exterior
la luz solar. Al llegar menos energía a la superficie de la Tierra, provoca un
fenómeno que se conoce como oscurecimiento global, con diversos efectos negativos para
el medio ambiente y la salud. También la típica niebla de las ciudades
contaminadas, el smog, se origina porque estas partículas dispersan la
luz.
En
cantidades elevadas, los aerosoles se convierten en uno de los contaminantes
más dañinos para la calidad del aire respirable. Se cree que la exposición a
concentraciones altas durante periodos cortos de tiempo no causa efectos graves
sobre los seres humanos. Sin embargo, a largo plazo, impactan sobre la salud
cardiopulmonar, aumentan la mortalidad y reducen la esperanza de vida: se
estima que causan cada año varios millones de fallecimientos en todo el mundo.
No
todo son efectos negativos. Las gotas de agua en la atmósfera también son una
clase de aerosoles: gracias a ellas y a la refracción de la luz se aprecian los
espectaculares arco iris.
Los
aerosoles y la capa de ozono
En la actualidad se sabe
que los clorofluorocarbonos (CFC) creados por el hombre han producido un adelgazamiento
de la capa de ozono de la Tierra1. Los CFC ya no se usan como un propulsor en
los productos en aerosol. Desde la creación del Protocolo de Montreal, un
tratado internacional voluntario de 1987 para la eliminación de los CFC en los
aerosoles, se ha eliminado por completo de forma progresiva el uso de los CFC
en los aerosoles en todo el mundo.
El ozono es un gas que se produce de forma natural en la atmósfera de la Tierra y se concentra principalmente en la capa de ozono, la cual se ubica entre 10 y 40 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra, en la estratósfera. La capa de ozono cumple una función importante en evitar que la radiación ultravioleta B (UV-B) nociva del sol ingrese a la tropósfera y alcance la superficie de la Tierra.
Nuestra conclusión es que hemos meditado sobre los efectos que pueden causar los aerosoles sobre
la vida cotidiana de las personas. Estos en un principio, (y actualmente)
facilitan la vida del hombre, ayudándolo en sus quehaceres diarios, como en el
aspecto de sanitización, medicina, el rubro de los alimentos, etc. Pero un uso
indebido o sobrexplotado ha causado un adelgazamiento de la capa de ozono. Esto
ya empieza a afectarnos a nosotros, pero hay que pensar cómo va a afectar a
nuestras generaciones futuras, pero como ya se están haciendo legislaciones
sobre el tema en muchos países, se ha empezado a regularizar el uso de estos,
más específicamente del CFC.
Referencias:
Equipo 2: Carolina Gpe.
Infante Galván.
Denis Eunice Robles
Sánchez.
Viridiana Alonso Hdz.
Kenia Melissa Rdz. Estrada.
José Juan Iracheta Rdz.
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